¡Hola ricuras!
Hoy os traigo la entrada número 200 del blog akjhdskjshdfkjhfdgdf, y una reseña un tanto diferente, ya que es la primera que hago a una obra de teatro :) A ver si os gusta ^^
Situada en el Madrid de los años 80, Bajarse al moro es una comedia de jóvenes que buscan su sitio en el mundo. Con humor e ironía, no exentos a veces de amargura, José Luis Alonso de Santos nos muestra a unos personajes que se debaten entre la marginalidad y la integración, así como el lenguaje vivo de la calle, el habla coloquial y la jerga marginal de una parte de la juventud, reflejo de la realidad social de una época.
♥ Fragmento de la obra ♥
(Sale con el casette, volviendo a dejar la puerta abierta. Él se levanta otra vez, y está a punto de cerrarla de nuevo con una patada. Luego la cierra despacio con la mano, se recuesta en ella una vez cerrada y mira desde allí la habitación vacía. Va después a la cocina, y vuelve con unas hojas de lechuga en las manos. Llega hasta la jaula del hámster.)
Jaimito. Toma, Humphrey, lechuga, come. ¿Está buena? A la Chusa le darán la comida también así, por las rejas. ¿Quieres más? Desde luego es que te lo tienen que hacer todo. Te lo tienes montado a lo Onassis. Como un faraón ahí, pasando de todo. Sólo te faltan las pirámides. Si quieres que te diga la verdad, Humphrey, estoy hecho polvo. Tela de chungo estoy. No, no es el brazo, eso no duele ya, un tiro no es nada. Bueno, si te lo dan a ti, que eres pequeñajo, a lo mejor te espachurran. Lo que duele es lo otro. ¿Qué le habré visto yo a esa gilipollas? ¿Pero tú te has fijado? Si está en los hueso, ni tetas ni nada, y una cara de tonta que no se lame. Cada vez que iba a verme al hospital me sentaba peor que la penicilina. Por cierto, que tú no has aparecido por la cuatrocientos veintidós, sinvergüenza. Hay que ir a visitar a los amigos cuando les dan un tiro. Ya lo sabes, para la próxima vez. En el hospital se estaba bien. Era un poco triste, pero tranquilo. Lo peor eran las vistas. Mi ventana daba justo enfrente del deposito de cadáveres. Un palo, tío. Cada vez que me asomaba me daba un bajón. Pero tranquilo; me iba al pasillo, y paseo va, paseo viene. Allí todos te cuentan la vida. En cuanto te ven se te acercan, y que si la tía, que si el padre, que si yo soy el mas enfermo de toda la planta, que no me entienden los médicos... A veces dos, uno de cada brazo a la vez. ¿Tu crees que esto se me pasara? ¡Quieres dejar de dar vueltas de una vez a ese cacharro! No se como no te hartas ya de la rueda esa. No puedo respirar. ¿Has estado enamorado alguna vez, Humphrey? No te lo aconsejo. Claro que tu también, ahí metido, como no te enamores de una mosca que pase. Yo, antes de esto, solo lo de aquella chica de Simago. No te preocupes, que no te lo cuento otra vez. Pero no era como ahora. Ahora es peor, la otra malo, y esta peor. ¡Que cabrón el Alberto, madero, que es un madero! Es ridículo. Esto es ridículo... (Se suena disimulando las lágrimas.) Estoy un poco constipado, sabes. Si, te lo juro. Soy un ridículo, por mucho que te empeñes, lo soy y ya esta. Un idiota. ¿Quieres mas lechuga? ¡No te comas el dedo, coño! Ahora que porque estaba yo en el hospital, si no de que. Ese siempre hace lo mismo. Como sabia que si me quedaba aquí ella se iba conmigo, me da un tiro, y al hospital. Y claro, como estaba triste, y sola... Además, le ha ayudado la madre, la lagarta gorda esa que dice siempre que tu eres una rata. Y la Chusa por ahí, de crucero. Es que se ha juntado todo, Humphrey te lo juro. ¿Te estas durmiendo? ¿Ahora encima te duermes? Desde luego... No te vuelvo a contar nada, te pongas como te pongas.
(Se aleja de la jaula .y hace movimientos por la habitación que recuerdan a los del hámster Incluso da vueltas a una rueda parecida que hay sobre la mesa, e, inconscientemente, se acaba de comer la lechuga que le queda en la mano).
Lo peor es lo mal que se respira. Eso es lo peor. ¿Te acuerdas, Humphrey, cuando te dejo a ti la Ingrid?
(Coge la flauta de la pared, se sienta, y se pone a tocar muy melancólicamente la canción de la película «Casablanca»:«Remember always this, a hiss isjust a kiss...». Oscuro).
♥ Mi opinión ♥
Me mandaron esta obra como lectura obligatoria para clase de Lengua, y yo soy mucho de dejar todo para el último momento, sobre todo en lo que a estudios se refiere, así que empecé a leer la obra ayer mismo, ya que hoy he tenido el examen.
Comencé sin nada de ganas, porque falta que me obliguen a leer algo para que se me quiten las ganas, pero no me quedaba otra que terminarlo en unas horas, así que me puse a ello.
Ya he leído más obras de teatro, por lo que para mi no fue un problema, ya que el teatro me gusta mucho. Lo que pasa es que es la primera vez que leo una obra de teatro simplemente para eso, leerla y ya está. Si soléis visitar el blog sabréis que yo voy a clases de teatro, por lo tanto siempre que leo teatro es para después interpretarlo, por lo tanto esta vez se me ha hecho un poco más aburrido, ya que a mi lo que me gusta es leerlo en alto con mis compañeros de teatro, y después interpretarlo, así que he sido incapaz de no pedirme un personaje y leerlo en voz alta en mi cuarto mientras ponía caras acordes a las escenas.
La historia se centra en cuatro personajes. Chusa y Jaimito son primos, y viven con Alberto, un policía un tanto corrupto. Chusa y Jaimito, sobre todo Chusa, trafican con drogas, y Alberto de vez en cuando les echa un cable y les cubre (por eso lo de corrupto). Chusa de vez en cuando "baja al moro", lo que quiere decir que va a Marruecos a por droga, para después venderla en España. La historia comienza cuando Chusa conoce a Elena, y la lleva a casa, ya que Elena se ha escapado de la suya porque tuvo una discusión con su madre. La idea que es Chusa y Elena vayan juntas a Marruecos para conseguir mercancía, pero la trama se empieza a complicar.
Lo cierto es que me ha gustado más de lo que pensé, ya que el simple hecho de que me obliguen a leer ya hace que empiece el libro con un poco de tirria, pero a pesar de que leía la obra contra reloj, muerta de sueño, y con un 0% de ganas, he disfrutado de sus páginas y no se me ha hecho nada pesado.
Durante toda la obra aparecen un total de siete personajes en escena, más otros con voz en off, y algunos que son simplemente mencionados pero no aparecen en ningún momento. Pero realmente importantes solo son cinco que os voy a mencionar ahora.
Para empezar tenemos a Chusa, que ha sido el personaje que yo me he pedido y he ido interpretando mientras leía, porque soy guay. Es una chica de unos veintipocos años y es muy abierta y despreocupada. Me gusta y ha sido uno de mis personajes favoritos.
Después tenemos a Jaimito, que es el primo de Chusa. Es un poco borde a veces, pero se preocupa por los demás, y me gusta mucho, ha sido sin lugar a dudas mi personaje favorito. De hecho, mi escena favorita de toda la obra es el monólogo que tiene hablando con su hámster, que es el que he puesto arriba, y me encantó.
Alberto al principio era un personaje que me estaba gustando, pero en seguida cambié de idea y me cayó muy mal. Es amigo y compañero de piso de Chusa y Jaimito, y policía. Tiene también unos veintipocos años, y lo pintan como un hombre responsable, pero no me ha dado demasiado esa impresión. Me ha caído mal, no hay mucho más que decir de él >.<
Luego tenemos a Elena, que ella me cayó mal desde la primera página y continuó así hasta el final de la obra, de hecho cada vez que salía me caía un poquito peor. Es tímida y educada en un principio, y muy pero que muy tontita y pánfila. No la he soportado, en serio, este personaje me sacaba de mis casillas, porque es la típica mosquita muerta. Me parece una consentida, y yo no sé ni como su madre la aguanta, después de escaparse tanto de casa, pero luego se supone que es muy buenecita... No sé, que me cae mal.
Y por último tenemos a Antonia, la madre de Alberto. Es una mujer con mucho tiempo libre, y parte de ese tiempo lo dedica desarrollar más su trastorno de cleptomanía. Al principio no me disgustaba, pero al final también terminó cayéndome mal.
En general tenemos a unos personajes muy diferentes entre si, con sus personalidades bien perfiladas, algunos que me han gustado mucho, y otros nada de nada.
Bajarse al moro utiliza un vocabulario muy coloquial y moderno, para los años ochenta, porque ahora mismo es una forma de hablar muy anticuada, de la cual muchas expresiones ni entendía, pero no pasa nada, porque vienen explicadas en aclaraciones. No me disgustó el vocabulario que usaba, porque hace ver la diferencia entre generaciones, y al fin y al cabo se entendía bien.
Mi conclusión es que está bien, se lee fácil, y la historia es entretenida. Os lo recomiendo si queréis empezar a leer teatro, o si simplemente os gusta :)
Y nada más que decir :) Ya sabéis que tenéis mi ask a la derecha para cualquier duda, además de mi twitter (@NeryRadioactive), y los comentarios de abajo que reviso y respondo cada día ¡Muchos besos y hasta pronto!
Yo lo tuve que leer para el instituto y la verdad es que es un libro bastante ágil y que se lee rapidísimo, aunque tampoco es qu eme causara gran impacto, porque poco recuerdo de la trama y tal, sólo lo básico.
ResponderEliminar¡Un besote!♥
Posiblemente yo también lo olvide en unas semanas XDDDD.
Eliminar¡Gracias por tu comentario, un beso enorme! ^^
Mi opinión personal sobre esta obra va un poco más allá de simplemente decidir si me cae mal o no cada uno de los personajes. Yo creo que en esta obra se intenta expresar, enseñar y mostrar como en los años 80 la sociedad era muy diferente a como nosotros la conocemos hoy en día. Yo pienso que Chusa y Jaimito representan la libertad, la positividad, la generosidad… frente a Elena y Alberto que representan el egoísmo, el interés y la negatividad. Así pienso que el autor castiga a la libertad, la positividad y generosidad que representan Chusa y Jaimito y recompensa a la negatividad, interés y egoísmo de Elena y Alberto.
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