miércoles, 12 de febrero de 2014

Reseña de Harry Potter y las reliquias de la muerte. J.K. Rowling.

¡Hola ricuras! Hoy por fin os traigo la reseña del último libro de Harry Potter, que tanto tiempo llevo teniendo pendiente de hacer :) ¡A ver que os parece!



La fecha crucial se acerca. Cuando cumpla diecisiete años, Harry perderá el encantamiento protector que lo mantiene a salvo. El anunciado duelo a muerte con lord Voldemort es inminente, y la casi imposible misión de encontrar y destruir los restantes Horrocruxes, más urgente que nunca. Ha llegado la hora final, el momento de tomar decisiones difíciles. Harry debe abandonar la calidez y seguridad de La Madriguera para seguir sin miedo ni vacilaciones el inexorable sendero trazado para él. Consciente de lo mucho que está en juego, tendrá que buscar en su interior la fuerza necesaria que lo impulse en la vertiginosa carrera para enfrentarse a su destino.


Fragmento del libro:
-Vamos -dijo, y abrió el camino, limpiando la nieve de la superficie de la roca, y extendiendo la mano pidiendo el Horrocrux. Cuando Ron ofreció la espada, sin embargo, Harry sacudió la cabeza.
-No, debes hacerlo tú.
-¿Yo? -dijo Ron, sorprendido-. ¿Por qué?
-Porque tú sacaste la espada de la charca, creo que se supone que debes ser tú.
Pero no se lo ofrecía por amabilidad ni por generosidad sino porque estaba convencido de que ron tenía que blandir la espada, del mismo modo que supo que la cierva era inofensiva.
Dumbledore le había enseñado al menos algo sobre cierto tipo de magia, y el incalculable poder de ciertos actos.
-Mira, yo lo abro -dijo Harry- y tú le clavas la espada. Directamente, ¿vale? Por si lo que sea que haya dentro ofrece resistencia. Recuerda que el pedazo del diario de Riddle intentó matarme.
-¿Cómo vas a abrirlo? -preguntó Ron aterrado.
-Voy a pedirle que se abra, en parsel -dijo Harry. La respuesta llegó tan fácilmente a sus labios que pensó que en el fondo siempre lo había sabido. Quizás había sido su reciente encuentro con Nagini lo que le había hecho comprenderlo. Miró a la serpentina S dibujada con brillantes piedras. Era fácil visualizarla como una minúscula serpiente, enroscada sobre la fría piedra.
-¡No! -dijo Ron. -¡No lo abras! ¡Lo digo en serio!
-¿Por qué no? -preguntó Harry-. Librémonos de esta maldita cosa, hace meses...
-No puedo, Harry, en serio... hazlo tú.
-¿Pero por qué?
-¡Porque me afecta mucho! -dijo Ron, retrocediendo lejos del guardapelo tendido sobre la roca-. ¡No puedo con ello! No pretendo justificar mi actitud, Harry, pero a mi me afecta mucho más que a ti o a Hermione, cuando lo llevaba colgado del cuello me hizo pensar cosas, cosas que me venían a la mente sin motivo y lograban que todo me pareciera mucho peor, no sé explicarlo. Cuando me lo quitaba se me pasaba, pero luego tenía que volver a colgarme ese condenado chisme y... ¡No puedo, Harry!
Se había alejado, con la espada colgando a su costado, sacudiendo la cabeza.
-Sí puedes -afirmó Harry -¡Claro que puedes! Acabas de recuperar la espada, y sé que tienes que utilizarla tú. Por favor, deshazte del guardapelo, Ron.
El sonido de su nombre pareció actuar como un estimulante. Ron tragó saliva, después, todavía respirando con dificultad, volvió hasta la roca.
-Está bien -cedió con voz ronca-. Indícame cuando.
-Voy a contar hasta tres -dijo Harry, volviendo a mirar al guardapelo y entrecerrando los ojos, concentrándose en la letra S, imaginando una serpiente, mientras el contenido del guardapelo se retorcía como una cucaracha atrapada. Habría sido fácil compadecerse de aquella... cosa, de no ser porque el corte del cuello de Harry todavía ardía.
-Uno... dos... tres... ¡Ábrete!
La última palabra llegó, en lengua parsel, en forma de un siseo y un gruñido y las puertas doradas del guardapelo se abrieron con un pequeño chasquido.
Tras las dos ventanas de cristal de dentro parpadeaban unos ojos vivos, oscuros y hermosos como habían sido los ojos de Tom Riddle antes de volverse escarlatas y de pupilas como rajas.
-¡Clávala! -dijo Harry, sujetando el guardapelo firme en la roca.
Ron alzó la espada entre sus manos temblorosas y su punta pendió sobre aquellos ojos que giraban frenéticos, mientras Harry sostenía con firmeza el guardapelo, preparado para lo que pudiera pasar e imaginando como brotaba ya la sangre de las pequeñas ventanas vacías.
Entonces una voz siseó desde fuera del Horrocrux.
-He visto tu corazón, y es mío.
-¡No le escuches! -dijo Harry asperamente- ¡Clávasela!
-He visto tus sueños, Ronald Weasley, y he visto tus miedos. Todo lo que deseas es posible, pero todo lo que temes también es posible...
-¡Clávala! -gritó Harry, su voz resonó entre los árboles circundantes, la espada temblaba, y Ron miraba fijamente a los ojos de Riddle.
-Siempre has sido el menos querido, por una madre que anhelaba una hija... Y ahora el menos amado ahora, por la chica que prefiere a tu amigo... El segundo mejor, siempre eternamente a la sombra...
-¡Clávasela ya, Ron! -bramó Harry. Notaba el temblor del guardapelo en la mano y temía lo que pudiera pasar.
Ron alzó la espada un poco más, y cuando lo hizo, los ojos de Riddle se volvieron escarlata.
En ese momento, de los ojos que reposaban en ambas ventanitas del guardapelo brotaron, como dos brutescas burbujas, las cabezas de Harry y Hermione, extrañamente distorsionadas.
Ron dio un grito por la sorpresa y retrocedió mientras las figuras surgían del guardapelo, sus pechos, sus cinturas, sus piernas, hasta que estuvieron de pie en el guardapelo, lado a lado como árboles con una raíz
común, balanceándose sobre Ron y el auténtico Harry, que apartó los dedos del guardapelo como si quemara, repentinamente al rojo vivo.
-¡Ron! -gritó, pero el falso Harry estaba ahora hablando con la voz de Voldemort y Ron le miraba
fijamente, hipnotizado, a la cara.
-¿Por qué volviste? Estábamos mejor sin ti, más felices sin ti, nos alegraba tu ausencia... Nos reíamos de tu
estupidez, de tu cobardía, de tu presunción...
-¡Presunción! -repitió las falsa Hermione, que era más guapa aunque más terrible que la auténtica.
Riendo con socarronería, ante Ron, que parecía horrorizado, aunque transfigurado, la espada colgaba
inútilmente a su costado-. ¿Quién podría mirarte a ti, quien te miraría nunca, estando junto a Harry Potter? ¿Qué has hecho tú, comparado con el Elegido? ¿Qué eres tú comparado con el niño que sobrevivió?
-¡Clávasela, Ron! ¡¡Clávasela!! -gritó Harry, pero Ron no se movía. Sus ojos estaba abiertos de par en par y el falso Harry y Hermione estaban reflejados en ellos, sus cabellos se arremolinaban en llamas, sus ojos brillaban rojos, sus voces se elevaban en un dueto maléfico.
-Tu madre confesó -dijo con desprecio el falso Harry, mientras la falsa Hermione se burlaba- que me habría preferido a mí como hijo, que se habría alegrado de intercambiar...
-¿Quién no le preferiría a él, qué mujer te aceptaría? No eres nada, nada, nada comparado con él -canturreó la falsa Hermione, y se estiró como una serpiente, se entrelazó alrededor del falso Harry, envolviéndole en un estrecho abrazo y los labios de ambos se encontraron.
Sobre el suelo ante ellos, la cara de Ron estaba llena de angustia. Alzó la espada en alto, sus brazos temblaban.
-¡Hazlo, Ron! -gritó Harry y le pareció atisbar un destello rojo en los ojos de su amigo, que lo miró.- Ron...
La espada centelleó, y cayó de golpe. Harry se lanzó fuera de su camino, se oyó un chasquido de metal y un largo, interminable grito. Harry se dio la vuelta, resbalando en la nieve, con la varita en alto para defenderse, pero no había nada contra lo que luchar.
Las versiones mostruosas de sí mismo y Hermione habían desaparecido y solo quedaba Ron, que, con las espada pendiendo de su mano, contemplaba los restos del guardapelo esparcidos sobre la roca.
Lentamente, Harry se acercó a él, sin saber apenas qué decir o hacer. Ron estaba respirando con dificultad. Sus ojos ya no eran rojos, sino de su azul normal, aunque llorosos.
Harry se agachó, fingiendo no haberlo visto, y recogió el Horrocrux roto. Ron había perforado el cristal de ambas ventanas. Los ojos de Riddle habían desaparecido, y el forro de seda manchado del guardapelo humeaba ligeramente. La cosa que había habitado en el Horrocrux se había desvanecido; torturar a Ron había sido su acto final.
La espada produjo un sonido metálico cuando Ron la dejó caer. Había caído de rodillas, con la cabeza entre las manos. Estaba temblando, pero no de frío, comprendió Harry. Tras meterse el guardapelo roto en el bolsillo, se arrodilló junto a Ron, y con precaución colocó una mano sobre su hombro. Consideró una buena señal que Ron no se la apartara de un manotazo.
-Cuando te marchaste -dijo en voz baja, agradeciendo el hecho de que la cara de Ron estuviera oculta- Hermione pasó una semana entera llorando, o quizá más, pero no quería que yo la viera. Hubo muchas noches en que no nos dijimos ni una palabra. Sin ti...- No pudo terminar, ahora que Ron estaba aquí de nuevo Harry comprendió lo mucho que su ausencia les había pesado.
-Ella es como una hermana para mi -siguió-. La quiero como a una hermana y apuesto a que ella siente lo mismo por mí. Siempre ha sido así. Creí que lo sabías.
Ron no respondió, pero apartó la cara de Harry y se limpió la nariz ruidosamente en la manga. Harry se
puso de nuevo en pie y se acercó a donde yacía la enorme mochila de Ron, descartada por él mientras
corría hacia la charca para salvar a Harry de ahogarse.
Se la colgó a su propia espalda y volvió hasta Ron, que se levantó con los ojos enrojecidos pero más sereno.
-Lo siento -dijo con una voz ronca-. Siento haberme marchado, sé que soy un... un...
Miró alrededor, hacia la oscuridad, como si esperara que una palabra lo suficientemente mala se abalanzase
sobre él y le reclamara.
-Lo que has hecho esta noche lo compensa con crece- afirmó Harry-: ni más ni menos que recuperar la espada, acabar con el Horrocrux y salvarme la vida.
-Suena más espectacular de lo que ha sido en realidad -murmuró Ron.
-Suele ocurrir así; hace años que intento explicártelo.
Entonces se acercaron al mismo tiempo y se abrazaron.

Mi opinión:
Siempre he pensado que hacer reseñas de libros que no te han gustado, odias o te son indiferentes es muy fácil, y que lo difícil es hacer una reseña a un libro que de verdad te ha marcado, y has amado de principio a fin. Harry Potter y las reliquias de la muerte es un claro ejemplo de lo último, no solo por ser parte de la saga de Harry Potter, sino también por ser el que cierra la saga. Por eso me cuesta hacer la reseña... Porque ¿qué se puede decir de algo que simplemente ves perfecto? Una reseña en la que me pase todo el tiempo diciendo "lo amo, lo amo, es perfecto, me encanta, ajshdkhskhfksdjhfkjhgjkdfg" sería aburrida, pero es que es exactamente lo que pienso de este libro.
Igualmente voy a intentar hacerle una reseña a la altura.

Harry Potter y las reliquias de la muerte es el libro que cierra la saga que ha marcado tantas infancias, a acompañado en tantas adolescencias, y ha permanecido en el corazón de muchos de los que ahora son adultos.
Sin duda es el libro más diferente de los siete, no es mi favorito (porque lo cierto es que escoger un libro favorito de Harry Potter me parece bastante imposible), pero sin duda supera las expectativas a cualquier cosa que mi mente pudiese llegar a imaginar antes de leerlo.

Harry junto a sus dos mejores amigos, se embaucarán en una aventura para deshacerse de todos los Horrocruxes y terminar por fin con Voldemort.
Yo creo que este libro me ha perecido el más diferente de los siete por el simple hecho de que no estén en Hogwarts. Esto puede que os sorprenda, pero yo no soy muy fan de las películas, y de hecho ni si quiera he visto la primera parte de la séptima película, así que para mi todo era una sorpresa respecto a este libro, y el final de Harry Potter, así que comprenderéis lo muy enganchada que estaba mientras lo leía. Antes de empezar el libro no me imaginaba como sería si no estaban en Hogwarts, es decir, yo sabía que en la séptima parte no frecuentaban mucho Hogwarts, y Harry, Ron y Hermione no hacían ese curso, así que estaba algo desilusionada y pensaba "¿¡Pero como no van a ir a Hogwarts!? ¡¡Sin Hogwarts no va a tener emoción!!" ¡Pero para nada! En esta séptima parte del libro no podrás parar de leer ni un segundo.

Este libro tiene partes completamente míticas, como puede ser la que he puesto en el fragmento, y el capítulo 19 en general, que es mi capítulo favorito de toda la saga.
También es cierto que es con el libro que más he llorado de la saga entera, en el capítulo 34, cuando Harry habla con sus padres, con Sirius y Lupin, esa escena es superior a mis fuerzas y lloraré siempre que la lea.
Cuando llegaba al final se me ponía la piel de gallina, con cada frase, y es que no podía haber un final mejor.
Y por si no era suficiente J.K. Rowling nos deleita con un epilogo que es simplemente perfecto.

Adoro a J.K. Rowling, entre otras muchas cosas, porque sabe darle un buen final a los libros, y no los acaba de cualquier forma como hacen muchas autoras (todavía estoy indignada con el final de Requiem, maldita Lauren Oliver... ¬¬). No, J.K. Rowling sabe hacer que sus libros queden completamente cerrados, si cabos sueltos, ni pregunta inconclusas, y eso, aunque no lo creáis es muy difícil de hacer, y es uno de los motivos por los cuales la admiro tanto.

Os he hablado de los personajes en todas las reseñas que he hecho de Harry Potter, así que esta vez no me extenderé mucho. Solo diré que Harry siempre ha sido mi personaje favorito, y siempre lo será, Draco y Snape me parecen indispensable y son de mis personajes favoritos, a Ron le adoro demasiado, y también estaría en mi top cinco de personajes favoritos de esta saga, Kreacher es un personaje del que nadie suele hablar, y la verdad es que yo le amo, ¡le amo más que a Dobby!, aunque Dobby es genial, y tocará la fibra sensible a todos en esta última entrega.
En general, los personajes de esta saga son todos geniales, cada uno a su manera, pero geniales al fin y al cabo.

Lo único "malo" que puedo decir de este libro (y la verdad es que no es malo, es solo que simplemente no es una de mis cosas favoritas), es Romione, es decir, la relación entre Ron y Hermione. Yo siempre he sido una enamorada de la relación de amistad que tienen Harry, Ron y Hermione, y pienso que posiblemente al crearse Romione, Harry queda un poco de lado, y ese vínculo de amistad en los tres se rompe un poco. Pero bueno, no importa, porque J.K. Rowling ha conseguido que incluso ame esta pareja, y de hecho, la parte que he puesto en el fragmento (que como ya he dicho es de mis favoritas del libro) no habría sido tan genial si no fuese por Romione. Osea, que lo único "malo" que tengo que decir de este libro, no es nada malo.

En definitiva, Harry Potter y las reliquias de la muerte es un final perfecto para la en mi opinión, es la mejor saga del mundo.
Lógicamente le voy a dar cinco monitos felices, y termino la reseña con la sensación de que no he explicado exactamente lo muchísimo que me gusta este libro, y hasta que punto es importante para mi, pero bueno, espero que los Potterheads entiendan lo difícil que es hacer un reseña para este libro, y cualquier otro de Harry Potter.


Por mi parte nada más que decir, ya sabéis que tenéis mi ask a la derecha para cualquier duda, además de mi twitter (@NeryRadioactive), y los comentarios de abajo que reviso y respondo cada día ^^
¡Muchos besos y hasta pronto!

3 comentarios:

  1. ¡Hola! Muchas gracias por comentar :) Te he enviado un correo con el tema de afiliarnos. ¡Un beso! ♥

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  2. oye tu blog esta super geneal!!!!! me gusta mucho de verdad, eres la mejor :D te lo agradesco :*

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