¡Miau miau!
Ayer me terminé un libro (aunque a lo mejor para vosotros no fue ayer, porque no sé cuando publicaré esto, pero bueno), así que hoy vengo a contaros qué me ha parecido. ¡Empezamos!
Título original: Butter
Autora: Erin Jade Lange
Páginas: 354
Editorial: Naufragio de letras
Butter tiene 17 años y pesa 190 kilos. Su madre trata de hacerle feliz a través de la comida y su padre no le dirige la palabra desde hace años. Antes, trataba de sobrevivir al instituto por las mañanas y, por las noches, tocaba el saxofón a la luz de la luna mientras pensaba en la chica de la que está enamorado. Y ahora, Butter es el chico más popular del instituto. Pero esa popularidad tiene fecha de caducidad: Nochevieja. La noche en la que prometió conectar su webcam y cumplir su plan de comer hasta morir, la noche por la que todos lo admiran y la noche que tanto miedo le da.
Estaban vestidos con espinilleras, coderas y dos cubos de playa sujetos a la cabeza con un cordón. Y también tenían una expresión tan serie que no se vio afectada ni siquiera por mi risa contagiosa.
—Agente Butter —empezó Trent, usando su potente voz. Pero no llegó a decir nada más. Verlo intentando parecer serio con esas pintas hizo que soltara una carcajada tan fuerte que acabé doblado por la mitad. Miré hacia arriba y vi a Parker esbozando media sonrisa.
—Esperad, esperad —les pedí con un tono de voz ahogada, apartándome las lágrimas de los ojos y señalando los cubos de playa—. ¿Qué coño lleváis en la cabeza?
—¿Está criticando el uniforme oficial? —dijo Trent, con un enfado fingido.
Parker puso la mano encima del cubo de color lima que tenía en la cabeza.
—Se los hemos robado a mi hermana pequeña. Este gilipollas se ha quedado con el rosa —señaló a Trent con la cabeza, y el movimiento hizo que su cubo se tambaleara hacia delante y hacia atrás. Y eso fue demasiado. Mi carcajada se había transformado en un gimoteo constante.
Trent por fin cedió y sonrió. Tanto él como Parker empezaron a reírse abiertamente conmigo, y el eco de nuestras voces recorría el aparcamiento desierto.
—Hala —dijo Trent, intentando recuperar el aliento—, ya podemos dejar de tomárnoslo tan en serio.
—¿Y qué pasa con esos juguetes de playa que lleváis en la cabeza? —le pregunté.
—¿Perdona? —dijo Parker—. No son juguetes de playa, son cubos.
Alcé una ceja.
—¿Cubos?
—Claro —dijo Trent—. Hoy vamos a empezar a cumplir tu lista de cosas que hacer antes de morir.
—...y lo vamos a hacer entre los tres —intervino Parker poniéndose de puntillas—... así que hoy tenemos una misión al cubo para completar tu lista.
—Pero, chicos, ya os he dicho que no tengo ninguna lista —no sabía muy bien si me gustaba por dónde estaban yendo las cosas.
Había salido con tantas ganas de casa para ver a Trent y a Parker y me había quedado tan fascinado por su energía que se me había olvidado mantener alta la guardia alrededor de mis falsos amigos. En ese momento empecé a a sospechar.
—Y por eso nosotros nos hemos encargado de hacer una lista para ti —Trent sacó un folio doblado de su bolsillo trasero y lo alisó con dramatismo.
Me acerqué a él para ver el folio, pero Trent lo apartó. —Ah, no, no, no. Cada cosa a su debido tiempo —me dijo, y después empezó a leer el papel en voz alta—. ¿Juras llevar a cabo todos los puntos de esta lista sin cuestionarlos y ostentando todo tu valor?
—No voy a jurar nada hasta que no lea la lista.
Parker se rio:
—Te dije que iba a querer verla.
—Le estás quitando toda la gracia —suspiró Trent.
Este libro es otro de mi lista enorme de pendientes, y por fin he decidido darle una oportunidad. Ya había leído otro libro de la autora, Cuando irrumpe lo extraordinario, y me gustó bastante, así que pensé que con Butter sería igual, pero la verdad es que no.
Butter es un chico con muchos problemas con su peso, a sus 17 años pesa 190 kilos, y ha probado de todo, dietas, campamentos, pero parece ser un caso perdido. Su padre ha dejado de hablarle, y su madre, al no saber qué hacer para sacar del pozo a su hijo, le intenta hacer feliz con comida. Butter toma una decisión drástica, al ver que al parecer sus compañeros de instituto le "admiran" por todo lo que es capaz de comer, crea una web en la que anuncia que en nochevieja se grabará en directo tomando su última comida, con la que planea suicidarse.
Realmente este libro nos habla de un problema muy serio como es el suicidio y los problemas alimenticios, y no sabía muy bien cómo lo iba a tratar la autora, creí que tiraría del humor negro, al estilo Bajo la misma estrella, pero la verdad, es que a pesar de lo crudo de la trama, todo se cuenta de una manera bastante soft.
Para mí le ha faltado bastante desarrollo, todo se queda muy superficial, y realmente en lo que más se profundiza, bajo mi punto de vista, es en las apariencias, y en lo que estaría el protagonista dispuesto a hacer por popularidad. No se habla de las enfermedades alimenticias, porque como se dice más de una vez en el libro el protagonista no es ni anoréxico ni bulímico, simplemente disfruta comiendo, tampoco se habla del bullying, ni del suicidio. Así que lo que en un primer momento parece un libro super intenso y profundo que nos hablará de todos estos temas, acaba muy alejado.
Lo que no me ha gustado de este libro es su protagonista, que nunca llegas a sentir empatía por él, porque realmente se busca todo lo que le pasa, su mayor enemigo es él mismo, así que es imposible que me caiga bien, porque cada vez que le pasa algo malo, pienso "es que te lo estabas buscando", y si no te pones en el lugar del protagonista, mal va la cosa.
Anna es un personaje muy importante. Es una chica muy popular del instituto, con la que Butter habla por internet, fingiendo ser otra persona. Catfish de toda la vida. Entre ellos surge una historia de amor, que de nuevo no me ha gustado nada, porque una historia en la que hay castfish, nunca me va a parecer bonita. Además Anna me parece un personaje bastante aburrido, sin carisma.
Hablemos de los personajes que sí me han gustado, empezando por Trent y Parker. Son dos chicos populares del instituto. Cuando Butter anuncia su suicidio sienten mucha curiosidad, y enseguida se hacen amigos de él para seguir su última comida desde cerca. Tanto Trent como Parker me han parecido personajes muy divertidos, pero al mismo tiempo unos morbosos y pirados de mierda. Para mí les ha faltado muchísimo desarrollo, porque se supone que te tienen que caer mal, porque saben que Butter se va a suicidar, pero están super emocionados, pero es que a mí me caen muy bien, porque tratan a Butter como un amigo de verdad, le defienden, cuentan con él para todos los planes... Esperaba que al final del libro llegase a comprender un poco la psicología de estos personajes, pero para nada. Y me parece un fallo enorme por parte de la autora, porque ha creado dos personajes super interesantes, pero en ningún momento llegas a comprender porqué actúan como lo hacen, y quedan super deshumanizados.
Jeremy es otros de los chicos populares, pero a diferencia de Trent y Parker, él trata mal a Butter, dice que no se cree que vaya a suicidarse de verdad, que solo quiere llamar la atención, etc etc. Tanto Jeremy como Parker y Trent me tenían super expectante durante todo el libro, y creí que serían la clave al final. Hice mil teorías en mi cabeza, como que Parker y Trent en realidad lo que pretendían tratando bien a Butter es que no se suicidase, o que al final Parker y Trent iban a ser unos cabrones, y seria Jeremy el que daría la cara por Butter y le diría que no se suicidase y que pasara de Parker y Trent. Pero nada de eso ocurre, y para mí estos tres personajes han quedado en una incógnita absoluta, a pesar de que eran los más interesantes de toda la historia.
Los padres de Butter me han gustado mucho, y son los únicos personajes a los que realmente he comprendido, he empatizado con ellos, y me han emocionado. Me dan muchísima lástima y quiero protegerlos del hijo imbécil que les ha salido.
Hay otros personajes que están guays, como el maestro de Butter, su doctor, o Tucker, uno de sus mejores amigos del campamento. En general hay personajes que no están mal, y me han gustado, pero es que los son realmente importantes, o me han caído mal, o no tienen sentido alguno y jamás llegas a comprender qué les mueve.
El libro está entretenido, se lee fácil y rápido, el problema, y el motivo por el cuál no me ha terminado de gustar, es que creo que está muy mal planteado. Tiene un final edulcorado, que a mí no me resuelve ninguna duda y en general la historia está cogida con pinzas y no se sostiene por ningún lado, porque la mayoría de personajes actúan muy incoherentemente y no se justifica de ninguna forma su incoherencia.
Así que en definitiva y ya para terminar Butter es un libro entretenido, pero que a mí me ha dejado muy confusa, no sé qué opinar acerca de nada y me parece mal. ¿Os lo recomiendo? Pues no mucho la verdad, para qué vamos a mentir. Si tenéis mucha curiosidad leedlo, pero yo si fuese vosotros, no perdería mi tiempo.
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¡Hola!
ResponderEliminarYo este libro lo leí hace tiempo y tampoco me gustó como creía que me iba a gustar porque no me enganchó y el tema del acoso escolar se podría haber explotado mejor.
¡Besos!
Hola.
ResponderEliminarNo he leído el libro pero si lo conozco y la verdad es que no creo que lo lea.
Nos leemos.
Hola, no conocía el libro y me ha llamado mucho la atención.
ResponderEliminarEste tipo de libros se merece una reseña :)
Me lo apunto!!
Te sigo, soy de la inciativa blogs asociados.
Un saludo
¡Hola!
ResponderEliminarNo sabía de qué iba, pero la sinopsis suena muy bien a pesar de todo lo que comentas. Me da demasiada curiosidad como para dejarlo pasar.
¡Un saludo!